Si algo hay que tener claro en nuestra aula cuando estamos con un/a
alumno/a con este trastorno es que nosotros somos el pilar básico para su educación, la
persona de referencia y el espejo donde se reflejará. Por esto, debemos ser
conscientes de que todo lo que hagamos será en beneficio de su crecimiento como
persona.
Hay algunos factores que
debemos tener en consideración:
- El horario que planteemos, debe incluir las materias instrumentales que necesitan un grado de concentración mayor, al principio de la jornada. Las demás áreas, las distribuiremos de una forma más aleatoria en el resto de la jornada.
- El alumnado con este trastorno, necesita más tiempo, por lo que, deberemos ser pacientes, pero sobre todo, concienciar y hacer pacientes a los padres, a la hora de exigir resultados a corto plazo. Esto también supone que debemos reducir la cantidad de trabajo para realizar a diario.
- Toda la clase, usará la
Agenda Personal para anotar las actividades y cosas importantes que se hagan a
diario y las que queden pendientes para realizar o reforzar en casa, con la
implicación (en la medida de sus posibilidades y conocimientos) de los padres. En
el caso de los alumnos con este trastorno, comprobaremos lo anotado y le
daremos alguna pauta o consejo para realizarlas, a los padres.
